El ejemplo de las mujeres kurdas y la resolución de la ONU
La mutilación genital femenina es una práctica monstruosa
que se aplica a las niñas en Asia, Medio Oriente y en ciertas poblaciones que
emigraron a Europa, América, Australia y Nueva Zelanda.
Alrededor de 140 millones de mujeres en un total de 29
países sufren en la actualidad las consecuencias de la amputación total o
parcial del clítoris, la mutilación de los labios menores o la infibulación,
que es la amputación del clítoris y de los labios menores y mayores con la
sutura de ambos lados de la vulva, dejando solo una abertura para que pueda
eliminarse la orina y la sangre menstrual.
Cada año cerca de 3 millones de niñas son sometidas a este
tipo de mutilación en África. Muchas mueren por
hemorragia, infección o colapso neurogénico, que se produce por la
gravedad de las heridas y el intenso dolor.
Según la Organización Mundial de la Salud, si la tendencia
actual continúa para 2030 aproximadamente 86 millones de niñas en todo el mundo
podrían ser víctimas de esta aberrante violación a los derechos humanos de las
mujeres y niñas.
Frente a esto la Asamblea General de las Naciones Unidas
decidió “exhortar a los Estados, la sociedad civil y a todas las partes
implicadas a seguir observando el 6 de febrero como el Día Internacional de la
Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina” (Resolución
A/RES/67/146,20 de diciembre 2012).
Este método patriarcal recalcitrante, empleado para eliminar
el placer o goce sexual de la mujer, lejos de ser una herencia cultural de
sociedades arcaicas a las cuales habría que “exhortar” para que cambien sus
costumbres, constituye una amenaza del presente para millones de mujeres
asediadas por los fundamentalismos religiosos, que tienen en el Estado Islámico
su extrema expresión.
Esta banda de mercenarios organizados, reclutados y
financiados por Estados Unidos y sus aliados tienen el objetivo de aplastar con
métodos fascistas la lucha y resistencia de los pueblos contra los ajustes de
hambre que imponen los distintos gobiernos.
Someten a las mujeres, las más oprimidas, a condiciones de
total servidumbre, no sólo asesinando, violando y secuestrándolas como esclavas
sexuales, sino también ordenando su ablación masiva y la de las niñas en las regiones
bajo su control.
Por esto no es casualidad, que esa cueva de bandidos que es la Organización de
las Naciones Unidas -liderada por los yanquis- empleen todos los medios a su
alcance para ocultarle al mundo que en el Cercano Oriente, en la región del Kurdistán,
al Norte de Siria, los mercenarios del Estado Islámico fueron derrotados por
milicias de mujeres que están protagonizando una revolución social, en la que
tienen un rol de liderazgo luchando por su propia liberación.
La Revolución de Rojava es la Revolución de las
Mujeres: la ablación femenina es un crimen
En los cantones de Rojava la ablación del clítoris se
considera delito y su práctica está penalizada. Las mujeres que están al
frente de la revolución, además de impulsar por ley (Contrato Social) la
criminalización de la violencia contra mujeres y niñas, tienen sus Unidades de
Protección de las Mujeres(YPJ) y también tribunales populares para juzgar estos
delitos.
Ellas están a la cabeza del autogobierno, sustentado en
asambleas populares y también de las autodefensas. Por eso lograron establecer,
entre otras conquistas, la prohibición del matrimonio infantil, la dote de la
novia, la poligamia, el acceso a cargos públicos de individuos con antecedentes
de violencia de género, la separación de la religión de los organismos de
gobierno, etc.
Ellas resistieron junto a sus compañeros varones 134 días de
asedio del Estado Islámico en la ciudad de Kobane. Muchas perdieron la vida y
su triunfo es el de toda la humanidad.
Desde Convergencia Socialista y ¡Mujeres Ahora es
Cuando! consideramos que este 8 de marzo es una gran oportunidad para
expresar el apoyo del Movimiento de Mujeres, de la izquierda y los organismos
de derechos humanos a estas heroicas mujeres, que están luchando y
conquistando, paso a paso, su liberación y la de todas las mujeres del mundo,
porque son las que nos muestran el camino para conseguir nuestros derechos.
¡Hacemos un llamado a las organizaciones feministas, de
derechos humanos, sindicales, políticas, estudiantiles y a todas aquellas que
se reclamen defensoras de los derechos de las mujeres: a reivindicar a las
mártires que cayeron enfrentando a los mercenarios, nazi-fascistas y violadores
del ISIS y a saludar el triunfo de las milicias de las mujeres kurdas!
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