Abajo el
ajuste, por el aborto legal y la absolución de los petroleros
En el año
en que Cristina y el Papa acordaron una avanzada contra la mujer, reformando el
Código Civil para consagrar por ley las concepciones retrógradas de la Iglesia, las mujeres
padecemos un devastador ajuste a nuestros bolsillos, obligándonos una vez más a
salir las calles y a pelear duramente.
Dicha
reforma no sólo avanza sobre los derechos de género, sino que también abre las
puertas de la profundización del saqueo de nuestros recursos, ya que el agua,
las tierras de los pueblos originarios y la propiedad de las viviendas dejan de
ser derechos humanos al servicio de la clase trabajadora y el pueblo pobre,
para ponerlos al servicio de las multinacionales.
Esta verdadera
cruzada reaccionaria amerita una respuesta contundente todos los días del año,
pero particularmente este 8 de marzo -el Día Internacional de Lucha de las Mujeres
Trabajadoras- en cuyos actos, junto con levantar las banderas históricas de las
mujeres trabajadoras debemos denunciar y llamar a pelear contra los
responsables de estas políticas.
En ese
contexto, quienes se identifican como “Mujeres de la Campaña Nacional
por el Derecho al Aborto”, nos han propuesto una movilización unitaria con los
sectores kirchneristas y ex oficialistas, con el propósito de volver a reclamar
que el Parlamento apruebe la ley del aborto. Estas mujeres, obviamente, están
en contra de poner en el centro de las consignas la lucha contra el gobierno,
al que defienden con uñas y dientes.
Esta no
es más que la continuidad de la política que sostuvieron durante los últimos 9
años; un verdadero engaño al servicio de impedir cualquier posibilidad seria de
imponer la ley -mediante una lucha consecuente- a través de la presión de miles de mujeres, movilizadas
contra la política del kirchnerismo, que le juró y perjuró al Papa que nunca
aprobaría semejante normativa.
Utilizar
el día de lucha más importante por nuestros derechos, llevando las acciones que
se realizarán a la vía muerta del parlamento burgués, significa, en los hechos,
darle un voto de confianza a quienes han sancionado -y continuarán haciéndolo-
las leyes más retrógadas y contrarias a nuestros derechos.
El Frente
de Izquierda y las organizaciones combativas debemos ponernos a la cabeza de la
organización de una jornada de lucha contra el gobierno, el Papa y los partidos
patronales, levantando bien altas nuestras banderas y el enfrentamiento contra
el ajuste y el saqueo de Cristina y los suyos.
Tenemos
que exigir el derecho al Aborto legal, seguro y gratuito, manifestarnos en
contra de la reforma del Código Civil, por la absolución de los petroleros de
Las Heras, contra la violencia hacia las mujeres y por el desmantelamiento de
las redes de trata.
Para eso,
debemos marchar desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo, ya que la Casa de Gobierno es,
justamente, el lugar en el que se encuentran los responsables de nuestras
penurias.
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