martes, 1 de noviembre de 2011

XXVI Encuentro Nacional de Mujeres de Bariloche / Entre el vaciamiento y la extensión de la lucha

Imagen: batucada de mujeres de CS

La escasa concurrencia mostró el avance de la política de control y vaciamiento que viene implementando, desde las comisiones organizadoras, la agrupación de mujeres del PCR/CCC junto a sus aliadas del oficialismo y las iglesias.

El Encuentro anual surgió como un ámbito para el intercambio de experiencias, aprendizaje y debate acerca de la opresión y falta de derechos de las mujeres. A partir del 2001, cuando irrumpieron miles de mujeres trabajadoras y pobres, el espacio cambió, transformándose en una caja de resonancia de nuestras demandas más urgentes y los principales acontecimientos políticos.

Desde entonces miles recorrimos una vez al año cientos de kilómetros para participar de los Encuentros y volver a nuestras ciudades y pueblos, multiplicando el llamado a otras mujeres y organizando la lucha por nuestros derechos.

Rosario en 2003 y Córdoba en 2007 fueron hitos, ya que de ahí surgió la primer asamblea auto convocada que dio origen a La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que instaló la discusión en la sociedad, más allá de sus referentes, quienes terminaron desmontando el proceso movilizador para dejar en manos de las diputadas y funcionarias la “gestión” de la sanción de dicha Ley.

También se impulsaron las campañas por la libertad de Romina Tejerina, el desmantelamiento de las redes de trata, la aparición con vida de las desaparecidas, contra los femicidios y todas las formas de violencia de género.

Todo esto se dio al mismo tiempo que reivindicábamos y apoyábamos las luchas obreras y populares por salario, condiciones de trabajo, vivienda, medio ambiente, contra la represión, por la aparición con vida de Julio López, etc.

Cuanto más lejos de la casa Rosada mejor

La asunción de Cristina planteó un desafió. Es que además de mantener el “modelo” de saqueo, represión y explotación al servicio de las corporaciones, la presidenta declaró su adhesión al Vaticano y la negativa a la despenalización del aborto.

Desde ese momento las distintas comisiones organizadoras, hegemonizadas por el PCR, centristas y sectores afines al oficialismo, iniciaron una contraofensiva para limar las aristas progresivas de los encuentros, desmovilizando y vaciándolos de contenido.

La negativa a realizar el Encuentro en Buenos Aires pasó a ser, durante estos ocho años de gobierno K, una cuestión de Estado, tanto para el oficialismo como para las mujeres del Partido Comunista Revolucionario.

Para Néstor y Cristina, porque una movilización de miles cerca de la Rosada habría expuesto sus políticas reaccionarias. Para el PCR/CCC, porque en la provincia que concentra a miles de luchadoras, habría perdido el control de la Comisión Organizadora en manos de la izquierda y sectores independientes, como sucedió en Rosario y Córdoba.

El contraste entre las 20 mil mujeres que habíamos marchado por esas ciudades y las no más de tres mil quinientas que fuimos a Bariloche (a dos semanas de la reelección de Cristina) fue el resultado de la acción coordinada entre sectores oficialistas y oscurantistas junto a quienes aún dicen que pelean por la igualdad.

Por esto, cuando las mujeres del PCR afirman que viajaron 20 mil mujeres a Bariloche, están mintiendo, un engaño para tratar de ocultar una situación patética: el levantamiento de los talleres por falta de concurrentes…
El verdadero “espíritu” de los encuentros se ha trasladado a la clase obrera

Esta gente lo que quiere es hacer retroceder 25 años de crecimiento. Tiempo en el que logramos dotarnos de un pliego de demandas, que más allá de las maniobras burocráticas y cooptaciones, ya se ha instalado entre miles de mujeres de todo el país, quienes aplican el método de la acción directa para imponer sus reivindicaciones.

Un extraordinario ejemplo de esto son las obreras y obreros de Kraft, parando la fábrica en defensa de una compañera suspendida, que era acosada por un supervisor.

Este “espíritu” de rebelión que los Encuentros ayudó a forjar, que nada tiene que ver con la política del maoismo y sus laderas, se expresa en cada una de las movilizaciones por la aparición de chicas desaparecidas, los escraches contra los violadores o las acciones contra crímenes impunes.

La lucha por las guarderías y por igualdad de oportunidades en los lugares de trabajo o para garantizar abortos no punibles, son hechos que demuestran que las mujeres hemos aprovechado los encuentros para avanzar más allá de los mismos.

Esta realidad también demuestra la necesidad de un plan de acción unificado para conquistar todas las demandas, un planteo que las organizadoras siempre negaron en aras del “consenso” con la Iglesia, la burocracia y el kirchnerismo.

El sentido común (y no solamente la postura de las revolucionarias) indica desde hace años que el Encuentro anual se transforma en una oportunidad para construir ese plan de lucha y que, para lograrlo, en vez de alejarse de las ciudades más pobladas, hay que marchar hacia el centro político del país.

La pelea por lograrlo continúa siendo una de las banderas que debemos levantar durante todo el año y en el Encuentro de Misiones - ¡Oh casualidad, tan lejos nuevamente…! -, con el objetivo de imponer un Encuentro multitudinario en Buenos Aires y una movilización política de masas hacia la Plaza de Mayo en apoyo a nuestras demandas.

Nuestra participación

Desde la delegación de mujeres de CS, junto a las compañeras de Convocatoria por la Liberación Nacional y Social y las Asambleas del Pueblo, llevamos a Bariloche la campaña por la libertad de Karina Germano, presa política y rehén de los gobiernos de Dilma y Cristina.

Además viajamos con el propósito de pedir apoyo para la lucha de las mujeres de Cinco Saltos, que están peleando por una nueva condena para el Violador Anzaldo, en el juicio en el cual es querellante nuestra compañera Florencia Lezcano (ver nota).

En aras de estos objetivos realizamos una radio abierta en el Centro Cívico, alrededor de la cual se obtuvieron muchas firmas por la libertad de La Galle y de solidaridad con Florencia.

Luego de participar en los talleres - vacíos o semivacíos - hicimos una gran agitación por el centro con una batucada y cánticos, llamando la atención sobre la situación de Karina y para que se sintiera la presencia de las mujeres que lograron condenar a cárcel efectiva al violador de Cinco Saltos.

Finalmente, en la marcha de cierre acordamos con quienes decidieron romper el recorrido organizado por la Comisión Organizadora (evitando el paso por la Catedral) para hacer lo contrario. Cerca de 600 mujeres terminamos escrachando a esa institución, símbolo de opresión, responsable y cómplice de crímenes aberrantes contra la humanidad.

Durante la movilización de cierre, compañeras del Frente Darío Santillán, un sector de feministas, nuestro partido, las Asambleas del Pueblo y Las Rojas del Nuevo MAS, evitamos que una columna kirchnerista ocupara los primeros espacios en la marcha.

Por todas estas actividades regresamos contentas y fortalecidas, convencidas de que la lucha de género continuará avanzando a través de las comisiones de mujeres en los barrios, lugares de trabajo, escuelas y universidades.

Pero también, de que tarde o temprano la irrupción de las luchadoras pobres y de la clase obrera romperá el corral burocrático organizado para limitar los Encuentros, extendiendo la rebelión de las más oprimidas y explotadas.

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