Mujeres en lucha / Por el agua y la vida, No al Fraking, fuera Chevron
Florencia Lezcano (Secretaria de Derechos Humanos de ATEN)
El 28 de agosto, en la provincia de Neuquén, miles
de docentes y estatales, junto a estudiantes, la comunidad mapuche y las
organizaciones de izquierda, realizaron una jornada de huelga y movilización,
convocada por el sindicato docente ATEN y la CTA, contra el acuerdo de Cristina
y Chevron.
La historia recordará a la dirigencia política
que consumó la entrega de los recursos naturales, como viles traidores a la
patria. Pero en la memoria del pueblo argentino quedarán gravados para siempre la
dignidad y el valor de los y las luchadoras/es que enfrentaron a estos/as
cipayos.
Como si fuera una escena del circo romano, los/as
diputados kirchneristas y del Movimiento Popular Neuquino, observaban desde la
terraza del edificio majestuoso de la legislatura, como sus esbirros uniformados
intentaban dispersar la concentración multitudinaria.
Durante siete horas, de continuas descargas de
gases lacrimógenos, balas de goma y plomo (una de las cuales hirió gravemente a
un docente), los “milicos” no pudieron doblegar la resistencia de los/as
manifestantes, que empleando ingenio y coraje los hicieron retroceder una y
otra vez.
“Viva
Chevron”, gritaban los matones que cuidaban las espaldas de los/as legisladores/as
de la presidenta y el gobernador, mientras las
jóvenes estudiantes, maestras y profesoras, mujeres mapuches, empleadas
judiciales y de hospitales, se defendían junto a sus compañeros varones arrojando
piedras.
Otras acarreaban materiales para construir
barricadas o encendían fuego para neutralizar los efectos de los gases. Algunas
se encargaban de la provisión de agua y piedras, otras de la atención a los/as
heridos y en medio de los enfrentamientos, al frente, las más audaces agitaban
sus banderas desafiando a las fuerzas represivas.
Todas estas mujeres aguerridas, junto a las
miles que permanecieron en la retaguardia apoyando las acciones, protagonizaron
una verdadera gesta tratando de evitar que una de las empresas que provocó
desastres ambientales en el mundo entero, hoy se instale en la Argentina para
llevarse nuestras riquezas, envenenado los ríos, lagos y acuíferos.
A
partir de ahora, ellas, como parte de la juventud, la clase obrera y sectores
populares, cumplirán un rol aún más destacado en el esclarecimiento y organización
de las grandes luchas que vendrán, para impedir que Chevron comience a saquear
la cuenca de Vaca Muerta, la tercer reserva de gas no convencional del mundo.
Si esto no ocurre, la petrolera tendrá las
manos libres para explotar el 50 % del área hasta el 2048. Se llevaran el gas y
el petróleo, nosotros/as y las futuras generaciones nos quedaremos con las
fuentes de agua contaminadas, con terremotos producto de las detonaciones, con
miles de hectáreas devastadas, además de las enfermedades y muertes provocadas
por las empresas.
Esto es así porque el cóctel de químicos
mezclados entre toneladas de arena y millones de litros de agua constituirán
los “ingredientes” utilizados para llevar adelante la extracción del gas y
petróleo con el método del Fracking.
Un procedimiento que ya empezó a cobrarse
vidas, como la de Cristina Lincopan, Hermana Mapuche, víctima de
cáncer provocado por la contaminación de la Empresa Apache en la comunidad Gelay
Ko, donde se instaló la primer torre de Fracking de Latinoamérica.
Por eso no es casualidad que haya trascendido
que una de las cláusulas secretas acordada –escandalosamente- por
Cristina Fernández, Sapag y la petrolera yanki, indica que los daños
ambientales quedarán a cargo de YPF, lo que significa una licencia para contaminar
y matar…
Por el agua y la vida. No al fracking, fuera
Chevron.
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